En los meses recientes, las proyecciones de expansión económica para México han sido ajustadas a la baja, de acuerdo con los resultados de una encuesta reciente de una entidad financiera internacional. Actualmente, el mercado anticipa un incremento del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas 0.60% para 2025, lo cual refleja una modificación significativa respecto a las previsiones iniciales del 1% y del 0.9% estimado a finales de febrero. Este ajuste constante destaca la incertidumbre y los retos económicos que enfrenta el país.
Los números indican que, entre los 36 expertos encuestados, la mayoría proyecta que la economía de México crecerá menos del 1% durante este año. Algunos de ellos incluso prevén que no habrá crecimiento, pronosticando un estancamiento del PIB. En este escenario, ha aumentado la cantidad de analistas que esperan un desempeño económico débil, pasando de solo cuatro al inicio del año a una cifra notablemente mayor en semanas recientes.
Los datos reflejan que, de los 36 analistas consultados, la mayoría espera que la economía mexicana crezca menos del 1% este año. De estos, algunos incluso anticipan que el crecimiento podría ser nulo, con proyecciones de cero avance en el PIB. En este contexto, se observa un incremento de analistas que prevén un bajo desempeño económico, pasando de solo cuatro analistas que compartían esta visión a principios de año, a un número significativamente mayor en las últimas semanas.
Una de las causas principales detrás de la reducción de las expectativas de crecimiento económico se vincula con la situación interna del país, como la disminución en la inversión, los cambios en las políticas fiscales y un entorno global incierto. Estos elementos han configurado un contexto desafiante para la economía de México, que ya se enfrenta a una serie de problemas estructurales, como la inflación y la limitada recuperación en sectores fundamentales.
Una de las principales razones detrás de la desaceleración de las expectativas de crecimiento económico está relacionada con la situación interna del país, incluida la caída en la inversión, los ajustes a las políticas fiscales y el entorno global incierto. Estos factores han creado un escenario difícil para la economía mexicana, que ya enfrenta una serie de desafíos estructurales, como la inflación y la escasa recuperación en sectores clave.
El Banco de México se encuentra en el desafío de ajustar la política monetaria para controlar la inflación sin detener completamente el crecimiento económico. Según las previsiones, es posible que el banco central continúe realizando modificaciones en las tasas de interés para controlar la inflación, contemplando un posible descenso en su tasa de referencia en los próximos meses.
El Banco de México se enfrenta al dilema de equilibrar la política monetaria para mantener la inflación bajo control sin frenar por completo el crecimiento económico. De acuerdo con las expectativas, se prevé que el banco central podría seguir realizando ajustes en las tasas de interés para manejar la inflación, con un posible recorte en su tasa de referencia en los próximos meses.
El panorama para México sigue siendo incierto, pero lo que está claro es que el país enfrenta una serie de desafíos económicos internos y externos que dificultan una recuperación sólida en el corto plazo. La próxima reunión del Banco de México, programada para finales de marzo, podría ser clave para determinar las acciones que tomará el gobierno para mitigar estos efectos y fomentar una recuperación más estable y sostenida.